El rol de enfermería en el abordaje de la atención paliativa a pacientes con una enfermedad crónica avanzada o en fase terminal, es fundamental para mejorar sus vidas a nivel biopsicosocial. Algunas de las competencias engloban el manejo y control del dolor u otros síntomas, el enfoque integral y holístico de los cuidados adaptados a las necesidades del paciente, promoviendo su dignidad y autonomía. Además de ofrecer apoyo emocional a la familia, orientar y ayudar a aceptar la muerte como parte del ciclo de la vida, así como, a afrontar el duelo de una manera sana y respetar las decisiones éticas en función de los deseos del paciente. No obstante, lo primordial es realizar una intervención precoz de la atención paliativa de manera que los pacientes consigan la mejor calidad de vida posible durante el curso de la enfermedad avanzada hasta la última etapa de sus vidas.
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