Las úlceras por presión constituyen la complicación más prevenible
y tratable que puede presentar cualquier paciente con movilidad reducida. El
deterioro de la integridad cutánea y tisular de un individuo se puede presentar
tanto si se encuentra en instituciones cerradas como en el ámbito domiciliario,
y su aparición está ligada a la seguridad del paciente y a los cuidados
proporcionados por los profesionales de enfermería, representando un grave problema
no sólo a nivel de paciente, sino también de su entorno cuidador y de todo el
sistema.
Un buen abordaje de las úlceras por presión, tanto en su
prevención como en su tratamiento, es clave para mejorar la calidad de vida de
los pacientes que pueden padecer este tipo de lesiones. Conocer cómo valorarlas,
clasificarlas y monitorizarlas, es elemental para este abordaje.
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