La obesidad está en la base de numerosas enfermedades crónicas y tiene carácter crónico, por lo que no es posible pretender una solución rápida y definitiva del trastorno.
Además, su prevalencia está en constante crecimiento.
Todo ello hace necesario que los profesionales nos planteemos si son eficaces nuestras intervenciones o si sería conveniente incorporar en ellas otros factores que hasta ahora han pasado inadvertidos.
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