La sexualidad es
y ha sido una de las áreas del comportamiento humano más desconocida y en la
que aún prima muchas veces la anécdota sobre el conocimiento científico. En la
tercera edad esto además se ve dificultado por un gran número de prejuicios y
mitos que hacen que, en diversas ocasiones, la sexualidad en esta etapa de la
vida sea negada y rechazada por la sociedad.
En los mayores la actividad sexual no se entiende
necesariamente como actividad orientada al coito sino en un sentido mucho más
amplio. Se trata del placer del contacto corporal global, la comunicación, así
como la seguridad emocional que da el sentirse querido. Hay otras muchas formas
de sexualidad como pueden ser los besos, abrazos, masturbación, sexo oral,
caricias, masajes, juegos preliminares... que van a hacer disfrutar a la
persona de igual manera que lo hacía antes. Para todo esto va a ser fundamental
la confianza y la creatividad. Se debe aprovechar el tener pareja y la
confianza que se habrá soldado a lo largo de toda una vida juntos para innovar.
Se debe vencer la idea de que la vejez es el final de la sexualidad.
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